La Maldición del 100
Nuevamente, en una jornada en
donde O’Higgins necesitaba de su jugador más experimentado, más
inquietante, preocupante y querido por la hinchada, quedó a la espera
de su aporte goleador. Claro, porque el Tunga atraviesa por una extraña
sequía goleadora, conociendo su potencial a O’Higgins le urge que
su aporte se traduzca efectivamente en goles, pero nuevamente quedamos
a la espera.
De verdad que he llegado a pensar
que la opción de que por primera vez en toda la historia de los
celestes un jugador alcance superar la barrera de los cien goles es un
hecho francamente notable. Y esta vez, es el momento más claro y
hasta imposible de no cumplirse.
Más allá de que
sea un hecho anecdótico (pero que constituye un evento para estadísticos
como quien les escribe) me planteo en esta extraña coincidencia.
Incluso es imborrable esa imagen en que Dinamarca exige a fondo a Cauterucchi
y deja el rebote sólo al tunga, quien en una posición infalible,
eleva inexplicablemente la pelota sobre el travesaño.
Ciertamente que Aníbal
González no es el mismo de 10 años atrás, ya no tiene
la misma potencia, cada vez lo marcan más y por momentos asume un
rol demasiado secundario, de asistente más que de convertidor, pero
los 2 goles de la temporada siguen siendo una cifra escuálida para
su categoría.
Maldita maldición...
aquella maldición que deja a MI IDOLO infantil de conseguir una
centenaria celebración... Quizás esta maldición sólo
conseguirá que el júbilo final sea más extraordinario
que nunca.
Por:
Waldo Andrés Correa
Periodista
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