Un cuento que ya me habían
contado
En algún momento pensábamos
que O’Higgins conseguiría una nueva victoria en el Estadio Monumental,
una cancha que tradicionalmente se le ha hecho demasiada complicada para
los celestes. O’Higgins ganaba, llegaba con mucho peligro y parecía
todo encaminado hacia un triunfo de verdad muy trascendente.
Parecía todo “muy” perfecto,
hasta increíble. Pero comenzó la farra, cada gol que O’Higgins
se perdía en el contragolpe hacía cundir una extraña
sensación de inseguridad, pero toda esa falta de poder matador no
hacía que Colo Colo se levantara. Pero allí vino otra “ayudita”
de los celestes y en especial de Armentia. Julio vió el centro,
quiso salir y se arrepintió en el camino, gran error. Una frase
por allí que el cielo será de los arrepentidos, pero se debe
decir que el futbol y en especial en estas jugadas la falta de decisión
es un error fatal. Al quedar a medio trecho posibilitó que cabeceara
sin problemas Gaglianone, quien sin duda ha hecho su mejor partido en Chile
y lograra el 1 a 1.
Claro que era injusto...Pero
los goles se hacen ....
El segundo fue algo similar
una pelota profunda que Danilo Miranda no logra saltar con potencia y le
gana Quinteros (¿cuánto medirá Quinteros?) y pone
el 2 a1 y sobre la misma la ajustada expulsión de Caballero, que
dejó sin esperanzas el vuelco celeste, además Páez
“ayudó” un poco a sacar a Dinamarca y dejar al equipo sin poder
creativo...
Pero pese a todo O’Higgins se
generó tres ocasiones claras de gol, una volea de Dinamarca que
pegó en el vertical, una definición débil de Viveros
y un “golpecito” de cabeza de Fleitas sobre la hora. O’Higgins jugando
contra sus propios errores defensivos y muy cerca de empatar o por qué
no, ganar.
Por:
Waldo Andrés Correa
Periodista
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